Mudarse supone un cambio que genera gran impacto en el ser humano. Por naturaleza los individuos tienen una resistencia al cambio y esta circunstancia no es diferente.
Supone un reto crucial, con independencia de los motivos. Estos pueden ser fabulosos, un empleo con excelente ambiente, un matrimonio o la oportunidad de vivir en otro país con mejores condiciones.
En todos estos casos, de igual manera, los sentimientos de agobio aparecen. Desde el momento que conoces la necesidad de mudarte, hasta que ya estás instalado en el nuevo hogar, se suscitan múltiples emociones.
Los inconvenientes que se suelen presentar, los trámites que debes afrontar o puede ser que hayas escuchado algún comentario que te haga ver el panorama desalentador.
Siempre supone un reto, pero si se planifica bien, con una organización que considere todos los aspectos, como se diría de la A hasta la Z, se elimina o minimiza el impacto de los posibles contratiempos y viene el éxito.
Para comenzar. Primer paso
Evalúa la empresa a contratar
La mudanza la puede acometer el interesado por cuenta propia, pero en realidad lo más acertado es entregar esta responsabilidad a una empresa especializada. Evita muchos contratiempos y garantiza un traslado en buenas condiciones.
En este sentido, elegir esta empresa supone el primer paso crucial. De una buena elección en ese momento dependerá el éxito.
Es vital que te asesores muy bien. Consulta al respecto del reconocimiento, credenciales y la responsabilidad que posean las empresas a las que se puedan encomendar estas tareas. Consulta con amigos y familiares que hayan utilizado este servicio.
Puedes también revisar en las diferentes páginas webs especializadas. Si ves los comentarios de los usuarios te puedes dar una idea más o menos precisa de su trayectoria.
Al momento de solicitar los presupuestos para evaluar las ofertas, exige los soportes que avalen su experiencia y tiempo en el mercado.
Al decidirte, exige un contrato firmado que será el aval que respalde el cumplimiento de las condiciones ofrecidas.
En este sentido, no solo debe contener en detalle las condiciones que ofrecen, también el precio acordado y la fecha tentativa de la mudanza. Del mismo modo, es indispensable que te ofrezcan un seguro, de la mercancía y del personal que hará el traslado. Será el soporte ante cualquier eventualidad.
En todo caso, la finalidad es que los muebles y enseres lleguen a su destino, en la fecha estimada y en óptimas condiciones.
Antes de formalizar el contrato debes consultar todas las dudas que te ronden por el pensamiento. Pide que te expliquen con detalle el proceso, el recorrido que van a realizar y los vehículos que utilizarán. No te guardes ninguna duda.
Es pertinente preguntar, si los servicios extras, como el manejo de artículos frágiles o valiosos, se incluyen en el presupuesto normal o si ameritan pagar un coste adicional.
Por otra parte, recuerda efectuar un inventario detallado de todo el contenido a trasladar. Rotula todas las cajas y bolsas con su contenido. Te evita incomodidades y lo agradecerás al momento de desempacar.
¡Llegó el día después! Último paso
Decoración
Después que te entregan hasta la última caja y desempacamos, viene el momento de decorar y darle a este nuevo hogar calidez.
Elige el estilo que deseas para cada estancia y comienza a desempacar y ordenar todo.
Compra unas bonitas plantas y te darás cuenta que al ubicar en su sitio destinado tus objetos preciados te dará sensación de felicidad y olvidarás todos los contratiempos.
En resumen, es natural que sientas que mudarse es complicado. Sin embargo, una buena planificación y paciencia son los ingredientes esenciales para llevar a feliz término esta labor.